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Lunes 29 de Abril de 2024
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Recordando a Héctor Lavoe: a tres décadas de la muerte de “El cantante”
Fecha: 30/06/2023
Hora: 11:59 hrs.

Un recorrido breve por la vida fugaz e intensa de uno de los artistas más emblemáticos de la salsa y de la música puertorriquña en general

Sobre la tarima de un infame club nocturno de la Ciudad de Nueva York, El cantante da inicio a su presentación. La orquesta a sus espaldas da inicio a su mazacote salsero y el hombre comienza a asentir con la cabeza mientras sonríe. Viste un camisa roja, parcialmente abierta entre el cuello y el pecho, como era costumbre en la época. Sus manos están cargadas de sortijas enormes y sobre su rostro pesan el par de gafas grandes con lentes claros que se convirtieron en su emblema.

Antes de acercarse al micrófono, le da la espalda al público y lleva algo hasta su nariz. Un gesto breve: sacude la cabeza, se gira y está listo para cantar.

“Já. Ni pa’llá voy a mirar”, dice.

Luego, la le da la señal a la orquesta y su voz, melódica y nasal, corea los primeros versos de la ahora legendaria canción.

La calle es una selva de cemento

y de fieras salvajes, cómo no.

Ya no hay quien salga loco de contento

donde quiera te espera lo peor

“Juanito Alimaña” fue uno de los muchos éxitos que Héctor Lavoe cosechó en su vida. Pero su vida fue mucho más que simples éxitos.


La historia comienza en Ponce, el 22 de septiembre de 1946. Héctor Juan Pérez nace en el corazón de una familia humilde y se cría en los barrios de su pueblo hasta que en la década de los 60, le pica el hambre por algo más. Es así que llega a esa ciudad de almas perdidas a la que llaman Nueva York. Por un tiempo, se bandea con guisos cantando en barras de “mala muerte” hasta que la vida lo trajo cara a cara con un joven Johnny Pacheco. Fue Pacheco quien trazó la línea entre los destinos de Héctor y un trombonista llamado Willie Colón.

Un cambio de apellido, para que fuera más “comercial”, algunos de los álbumes más legendarios en la historia de la música latina y el resto, como dicen, es historia.


Por casi diez años la dupla conquistó escenarios, hasta que las diferencias se volvieron muy marcadas, y sus caminos se bifurcaron. Comienza, entonces una segunda faceta en la carrera de Héctor. Discos como “De ti depende” y “Comedia” cementan su marca de forma definitiva como solista y temas como “Periódico de ayer” y “El cantante” se convierten en clásicos instantáneos de la salsa.

La vida parecía ir bastante bien, pero la entrada de la década de los 80 marcó un periodo oscuro del que nunca se recuperaría completamente. La muerte de varios familiares cercanos, incluyendo la de su hijo menor en un accidente con un revólver, afectaron su salud mental severamente.

“Este año me ha sido un poco malo, yo no quiero recordarlo mucho porque yo vine a traerle alegría a la gente, pero este año murió la mamá de mi esposa, mi suegra; murió mi padre, murió mi sobrinita, murió mi hijo varón, se me quemó la casa y me tuve que tirar por una ventana; por eso es que tengo la pierna así malísima... pero Dios dijo Héctor, tienes que seguir adelante porque tú viniste acá para poner al pueblo a gozar... con Willie, vamos a ver lo que inventamos, una cosa chévere”, dijo en 1987, durante una entrevista para un canal de televisión panameño.

Pero fueron las drogas la ruina más grande de su vida. La adicción afectó gran parte de su carrera y le causó innumerables problemas en su vida personal. El uso de una aguja infectada provocó que adquiriera VIH en una época donde se veía como un tabú y en el que el entendimiento del virus y de la enfermedad que provoca era limitado.

Todos estos sucesos, entre otras situaciones a nivel artístico, llevaron a que el llamado “Cantante de los cantantes”, se lanzara desde el noveno piso del Hotel Regency en el Condado en un intento de suicidio.

Aunque sobrevivió, Héctor Lavoe nunca volvió a ser el mismo. Varios intentos por llevarlo nuevamente a los mercados terminaron siendo intentos burdos de productores para lucrarse a su nombre. Lavoe nunca pudo volver a cantar como solía hacerlo.

El 29 de junio de 1993, un día como hoy, hace exactamente 30 años, Héctor Lavoe murió. Tenía 46 años.

Aunque si vida estuvo repleta de agonías, la marca que dejó en el mundo fue una de gozo, humor y buena música. Su legado vive en las generaciones de salseros que le siguieron y también en las generaciones de artistas puertorriqueños que ofrecen su música la mundo hoy. Y es que Héctor Lavoe marcó un antes y un después en la cultura puertorriqueña. Y nadie mejor que él lo ha cantado desde entonces:

Y canto a la vida

de risas y pena,

de momentos malos

y de cosas buenas.

Vinieron a divertirse

y pagaron en la puerta.

No hay tiempo para tristezas.

Vamos, cantante, comienza…


fuente: el nuevo dia

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